Cómo elegir el tubo adecuado según nuestra instalación

La elección del tubo de salida de humos de una estufa de leña o chimenea no es un asunto que se debiera tomar a la ligera. Si bien no en todos los casos es necesario ser exigentes en cuanto a la calidad de estos, hay ejemplos en los que no se debería escatimar. En este artículo vamos a marcar unas directrices que nos ayudarán a tener una instalación correcta, lo que va a influir en el óptimo rendimiento de nuestro equipo de combustión por biomasa y al mismo tiempo nos facilitará su mantenimiento.

Montaje de tubo por el interior de la vivienda.

Lo ideal sería que cada vivienda tuviera una pre-instalación a modo de cañón por el interior de casa con terminación de humero en el tejado. En esta instalación se puede utilizar tubo simple, ya que este va aislado por la vivienda y el cañón de chimenea, lo que nos evitará la generación de condensaciones. Los distintos tubos simples que podemos encontrar son:

Tipos de tubos simple

Es conveniente aclarar que no cualquier tubo de acero inoxidable es válido y que la calidad del inoxidable recomendado para aparatos de combustión por biomasa es AISI 316 (¡que no os den gato por liebre!). Este material es muy duradero y resistente a la corrosión, su denominación “inoxidable” lo dice todo. Es un material poco poroso, hecho que influirá en que al hollín le costará más adherirse a las paredes del tubo, lo que repercutirá en espaciar más los tiempos de deshollinado. Este tipo de tubería es el ideal para toda la instalación, si bien se puede complementar con tubo de acero galvanizado para abaratar costes. El precio del inoxidable con respecto al galvanizado es de tres veces más.

Tubo simple de acero galvanizado

Este tipo de tubería es de menor calidad que el inoxidable, aunque bien instalada podemos conseguir una instalación duradera y económica. Lo que nunca debemos hacer con este tipo es instalarlo inmediatamente después de la estufa o chimenea (esto sería el primer tubo que sale de la estufa). El material del que está fabricado es acero con un baño a altas temperaturas de galvanizado líquido. El proceso de fabricación de éste es muy sencillo que consiste en sumergir el acero en unas bañeras. Podemos entonces decir que al tubo se le ha añadido un revestimiento. Si bien este galvanizado protege el tubo de la corrosión, si lo colocamos justo después de la estufa, las altas temperaturas que se generan a la salida de ésta (400 o 500 grados Cº), provocarán que el baño galvanizado se escame o cuartee, y pasara por un proceso en el cuál el tubo acabará perdiendo esta protección. Una vez el tubo quede en acero en crudo, este empezará a oxidarse y picarse (por ejemplo con la humedad del vapor de agua procedente de la leña). ¿En qué supuesto podemos utilizar el tubo simple de acero galvanizado?. Lo correcto sería poner uno o dos metros de acero inoxidable primero, y los siguientes en acero galvanizado. A partir del segundo metro el calor llega más disipado, y al llegar al tubo galvanizado este no sufre. Otro inconveniente del tubo de acero galvanizado es que está hecho de un material más poroso, con lo cual al hollín le cuesta menos acumularse en las paredes del conducto. Aquí en este supuesto necesitaríamos más mantenimiento.

Tubo simple de acero negro vitrificado

Este conducto también es acero crudo con un baño a altas temperaturas, pero en este caso el baño es vidriado (vitrificado) y el acabado es un negro con brillo, lo que lo hace ideal para instalaciones donde el tubo debe ir visto (estufas de leña
y chimeneas metálicas vistas). También se puede utilizar como sustituto del tubo de acero inoxidable, ya que el precio es muy asequible (está entre el galvanizado y el inoxidable), y su durabilidad y resistencia no tiene nada que envidiar al de alta gama. En instalaciones realizadas por Calortek, hemos comprobado que un tubo vitrificado después de varias pruebas de calor, adquiere una dureza que hace casi imposible el poder rayarlo. En este caso el baño vidriado que se le aplica, da como resultado un tubo de material poco poroso, lo que es muy cómodo para la limpieza.

Montaje del tubo por el exterior de la vivienda

Es en este punto donde la buena elección del conducto de humos puede determinar el buen funcionamiento de su estufa o chimenea. NUNCA se debe utilizar tubería simple por el exterior de una vivienda. Utilizar este tipo de material por ahorrarnos un dinero es uno de los mayores errores en este tipo de decisiones. Te lo voy a explicar y me vas a entender: un tubo simple que va por la calle sin aislar (recordemos que los que van por el interior van aislados por la propia vivienda), producirá unos elevados niveles de condensación por el intercambio de frío y calor en la chapa del tubo, similares a los que se producen cuando echamos vaho en un cristal. Esta condensación produce unos chorreones negros “alquitranosos”, que no son más que la mezcla de agua y humo, siendo a su vez un líquido ácido y corrosivo. Este ácido acaba en el cuerpo metálico de nuestra estufa con el consiguiente deterioro de esta. Y por si esto fuera poco, cada vez que encendemos y apagamos nuestro aparato, esta condensación se solidifica en el interior del conducto, provocando acumulaciones que van cerrando poco a poco el tiro y llegando a taponar la salida de la chimenea. El colmo de los colmos es que una vez el tiro está taponado por este hollín, este puede llegar a arder o generar una mala combustión, con el consiguiente peligro para los habitantes del hogar. Recuerde que para evitar cualquier tipo de accidente es necesaria una revisión periódica de su equipo.

Es entonces el momento de utilizar el tubo doble aislado. Este tipo de conducto está formado por un tubo simple interior, una capa de aislante térmico alrededor (lana de roca) y por último otro tubo exterior. La forma en que este está fabricado nos ahorrara mucho problemas de condensación, y además nos permitirá sacar el máximo rendimiento a la estufa, ya que los humos de esta tardarían más en enfriarse y por tanto no restarían calorías a nuestro equipo. En cuanto al tipo de tubo aislado que podemos encontrar en el mercado, estos serán:

Tubo doble aislado de acero inoxidable

Podemos decir que las características de este son las mismas que para el tubo simple de acero inoxidable, si bien su precio supera el doble del valor del sencillo.

Tubo doble aislado de acero galvanizado

Este tipo es más económico que el inoxidable aunque evidentemente su calidad es inferior. Con una correcta instalación tendremos un tubo para toda la vida, siendo un poco menos estético que el inoxidable. El INOX tiene un acabado brillo, por el contrario el galvanizado es grisáceo. El mero hecho de evitar líquidos en el interior del tubo, nos proporcionará una mayor duración es estos.

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